El proceso de conceptualización del nuevo vino de Bodegas Rambla comienza con su nombre: Melero, un título que evoca a la miel y a sus aficionados.
Este proyecto tenía que ser atractivo y único sin perder la dulzura que le caracteriza, por eso su diseño visual destaca por su simplicidad y creatividad. La etiqueta, inspirada en las abejas, presenta un troquelado de tres bandas amarillas y texturas brillantes sobre un fondo oscuro de la botella.
Además, para nombrar al vino se utiliza una tipografía «handmade» para darle un toque cercano y cordial, como si fuera la firma a mano de un apicultor, consiguiendo un packaging especialmente atractivo.